1 Los ojos de la cría del alce estaban bien abiertos y asustados. Se tambaleaba dando vueltas en un círculo, tratando de liberarse del tronco quebrado. Se desplomó y cayó en la nieve resbaladiza, agitando los costados por el esfuerzo ocasionado por el pánico. El niño hizo una mueca de dolor, esperando que el joven alce no se hubiera quebrado el hueso en la pata atrapada en las astillas del viejo tronco. Luego el alce brincó en sus tres patas otra vez, gimiendo y poniendo los ojos en blanco.
2 ¿Y qué pasará con su madre? Dylan se preguntó. La vaca probablemente estaba demasiado atemorizada para aparecerse ahí. Ella podría reaccionar, sin embargo, si ella pensaba que él estaba amenazando a la cría. Definitivamente él no quería averiguar cómo se sentiría ser atacado por una mamá alce enojada. Dio marcha atrás donde no pudiera ser visto.
3 Detrás de unas ramas que lo cubrían, el niño estudiaba la escena. Ahora que no podía verlo, la agitación frenética del alce se había calmado ligeramente. Moverse hacia el alce lo volvería a poner frenético. ¿Qué podría hacer él desde esta distancia?
4 Dylan observó al aterrorizado animal y deseó más que nunca que su papá estuviera aquí. Papá sabría exactamente qué hacer. Por un momento, el niño se sintió desvalido. Cualquier cosa que él pensara para liberar al joven alce sólo empeoraría las cosas. Pero el alce de seguro se lastimaría si él no hacía nada. Y el lobo regresaría.
5 Él avistó una rama pesada que colgaba sobre el tronco caído. "Tal vez..." él pensó. Valía la pena intentarlo. Cargó el rifle sobre su hombro. Apuntó al lugar donde la rama se unía al árbol. ¡BUM! El rifle rugió. La rama cayó, golpeando al tronco que estaba abajo con fuerza suficiente para hacer que el tronco más grande rebotara un poquito. Se acomodó en un ángulo ligeramente diferente de donde había estado antes.
Paragraphs 6 to 12:
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