1 Aidan estaba sumergido en tréboles hasta los codos. Descansaba debajo de un árbol en una cama de tréboles en el parque. La cama de tréboles era suave y fresca bajo la sombra del árbol. Se sentía bien descansando en ese lugar mientras contaba hojas de trébol. Hasta ahora cada tallo corto y delgado sólo sostenía tres hojuelas. Si sólo pudiera encontrar un trébol de cuatro hojas, tendría buena suerte. ¡Seguro que había algunos tréboles de cuatro hojas en esta cama!
2 Entonces Aidan se estremeció. Sintió como si alguien lo observara. Su mirada pasó de la cama de tréboles hacia el árbol. Sus ojos se abrieron. ¡Sentado en la raíz del árbol estaba un duende sonriéndole!
3 "¿Qué podrías estar buscando, mi niño?" preguntó el pequeño amigo con el gran sombrero verde.
4 "Yo podría estar buscando un trébol de cuatro hojas," contestó Aidan.
5 "¡Oh, entonces lo que buscas es suerte!" gritó el hombrecito, frotando su roja barba.
6 "Por supuesto," dijo Aidan, mientras se sentaba. "Todos saben que los tréboles de cuatro hojas son de buena suerte. Si encuentro uno, ¡mi suerte cambiará! Encontraré juguetes en lugar de perderlos. Siempre seré el primero que seleccionan para los equipos en lugar del último. Nunca se me caerá la bandeja del almuerzo, y siempre me servirán mis comidas favoritas."
7 El duende inclinó la cabeza. "Los tréboles de cuatro hojas son difíciles de encontrar. Existen otros amuletos de buena suerte, tú sabes. ¿Has tratado con una herradura de la buena suerte?"
8 "Demasiado pesada."
9 "¿Una pata de conejo de la buena suerte?"
Paragraphs 10 to 23:
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