1 Con un apetito voraz por la celulosa, las termitas son realmente malas noticias para cualquier cosa hecha de madera. Para empeorar las cosas, nunca actúan solas. Eso significa que si vemos una termita en nuestra casa, debe haber un enjambre de ellas escondidas en alguna parte, devorando en silencio nuestro hogar. ¡No es de sorprender que las termitas sean consideradas plagas domésticas!
2 Como las avispas, las abejas sociales, y las hormigas, las termitas viven en grandes nidos llamados colonias o termiteros. Una colonia consiste generalmente de tres clases o castas diferentes -las obreras, los soldados, y los reproductores- cuyos papeles y responsabilidades están claramente definidos basándose en sus nombres. Las obreras son las más numerosas en la colonia. Llevan a cabo todas las labores domésticas, como recoger comida, proteger los huevos, alimentar a las ninfas (termitas jóvenes), construir y reparar el nido, y acicalar y limpiar a los soldados y reproductores. Aunque son las más pequeñas, las obreras son las más dañinas y destructivas.
3 Ligeramente más grandes que las obreras, los soldados tienen la cabeza agrandada y esclerotizada, y poderosas mandíbulas. Cuando la colonia se encuentra bajo ataque, ellos la defienden ferozmente, utilizando las mandíbulas para morder a los intrusos. Los soldados de algunas especies pueden secretar una sustancia pegajosa y tóxica que se parece al caucho después de quedar expuesta al aire. Este medio especial de defensa puede inmovilizar al enemigo y desarmarlo. Tanto la termita obrera como el soldado carecen de alas y son estériles.
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