1 En los océanos, vive la especie de tortuga más grande de la Tierra -la tortuga laúd. De hecho, sus voluminosas medidas -hasta 8 pies de largo y 2,000 libras de peso- ¡son casi 3 veces más grandes y 5 veces más pesadas que las del segundo lugar, la tortuga verde! Aún así, aparte de su tamaño, la tortuga laúd es igualmente famosa por muchas de sus características que no son propias de la tortuga, y su sorprendente conducta.
2 Para empezar, la mayoría de las tortugas cubren su caparazón (concha superior) y plastrones (porción ventral de la concha) con una capa de grandes escamas córneas, llamadas escudos. Pero la tortuga laúd elige no hacerlo. Como su nombre en inglés (leatherback) lo implica, su caparazón y plastrones se asemejan al cuero y son lisos como el caucho, con siete y cinco crestas longitudinales, respectivamente.
3 Luego, las tortugas laúdes son animales de sangre fría que de alguna manera funcionan igual que los animales de sangre caliente como las focas. Los animales de sangre fría, por definición, no pueden regular su temperatura corporal de acuerdo con su entorno. Por lo tanto, al enfriarse el entorno donde se encuentran, su tasa metabólica declina, volviéndose aletargadas o inactivas. Sorprendentemente, las tortugas laúdes son capaces de desafiar esta limitación física, gracias a su impresionante masa corporal y actividad muscular. Como resultado, podemos ver a las tortugas laúdes en aguas frías no muy lejos del Círculo Artico. Además, la garganta de las tortugas laúdes tiene barbas apuntando hacia adentro que les ayudan a prevenir que se escape su comida favorita, la medusa.
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