1 Si tuvieras que recopilar una lista que incluyera los insectos más odiados del mundo, seguramente que los mosquitos tendrían un lugar seguro entre los primeros. La base de nuestro resentimiento se deriva del hecho de que las picaduras del mosquito pueden ocasionar irritación e inflamación de la piel. El sentimiento quemante de la comezón asociado con las picaduras de mosquito puede ser tan desagradable que tal parece que ningún medicamento puede aliviarlo. Para empeorar las cosas, los mosquitos son portadores de enfermedades temidas - o mortales - como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis, el virus del Nilo Occidental, y la filariasis. Debido a los problemas que tenemos con los mosquitos, no es de sorprender que usemos cualquier medio posible para tratar de mantener su población bajo control. Para lograrlo, primero debemos comprender su ciclo de vida y así poder eliminarlos en cada paso del proceso.
2 Los mosquitos inician su vida en forma de huevos. Antes de que la hembra del mosquito ponga un montón de huevos, ella debe ingerir proteínas adicionales. Para obtener el nutriente suplementario que necesita para reproducirse, ella se convierte en un pequeño vampiro. Utilizando su hocico parecido a una jeringa, la hembra del mosquito puede perforar fácilmente a través de nuestra piel para extraer sangre. Una vez satisfecho su apetito de sangre, ella se retira volando y pone hasta 400 huevos en la superficie de aguas estancadas o calmas. Dependiendo de la especie, los huevos de la hembra del mosquito pueden flotar por separado o en grupos (llamados balsas). Por lo general, en unos pocos días, estos huevos se convierten en larvas, también llamados gusanos.
3 Un gusano se alimenta de desechos orgánicos y microorganismos que encuentra en el agua. Tiene un tubo (llamado sifón) que saca sobre la superficie del agua para respirar. Después de despojarse de la piel (muda) cuatro veces, la larva del mosquito está lista para pasar a la tercera etapa de su vida - la pupa o crisálida. Durante este periodo, la crisálida continúa viviendo en el agua. Porta dos sifones que parecen cuernos en el tórax para un fácil acceso al agua. No come. En su lugar, canaliza todos sus esfuerzos en su transformación. Cuando la metamorfosis se completa, un mosquito adulto alado y esbelto emerge de la crisálida. Tan pronto tiene fuerza suficiente para volar, despega desde la superficie del agua y, en unos pocos días, empieza a reproducirse. Si el mosquito adulto es macho, pasará toda su vida alimentándose de néctar y otros jugos de las plantas. Si es hembra, disfrutará de la misma dieta azucarada hasta que esté lista para reproducirse. ¡Entonces se convierte en una maniática chupasangre!
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