1 En los siglos XII y XIII, la gente de Europa medieval comenzó a viajar. No empacaban todo y se iban para siempre, pero tampoco se iban de vacaciones solamente. Estos viajantes medievales, de todos los estratos sociales, hacían peregrinaciones. Entre los peregrinos había mercaderes, artesanos, frailes, trovadores y muchas otras personas. Todos hacían peregrinaciones: ricos, pobres, mendigos y ladrones.
2 Deben haber sido como un descanso de la rutina diaria, como lo son las vacaciones hoy en día, pero también tenían otro fin. El peregrinaje era un viaje para ver las reliquias del santo favorito. Las reliquias incluían los huesos o las cenizas del santo, o hasta un pedacito de tela de su ropa. Los peregrinos también viajaban para ver las reliquias de la vida de Jesús, que incluían uñas y fragmentos de madera supuestamente de la cruz en la que murió.
3 Los peregrinos emprendían sus viajes por muchos motivos. Algunos lo hacían porque creían que rezar en un santuario religioso aumentaría sus posibilidades de ir al Cielo. Otros iban por curiosidad. Había quienes sufrían de una enfermedad grave, e iban con la esperanza de lograr una cura milagrosa.
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